Sensaciones
Ultimamente
tengo sensaciones, suena como el dialogo de una película, pero es
cierto. Debe ser cosa de la edad, que me estoy haciendo viejo a
marchas forzadas o que mi moral cada día está más baja y gastada o
quizá es que con la edad percibo cosas que antes no percibía. Me
gustaría pensar que es el estrés de estos últimos días, pero
siempre me queda la duda.
La
verdad es que la vida está llena de sensaciones que condicionan
muchas veces nuestra conducta, nuestro estado de ánimo y en
definitiva nuestra vida, nuestro presente y nuestro futuro. Nadie
sabe como afrontarlas, como desecharlas o como aprovecharlas, pero
está claro que todos en mayor o menor medida las tenemos. Unos saben
convivir con ellas sin darles demasiada importancia, otros, sólo
las soportan sin saber muy bien que hacer con ellas y de vez en
cuando peleando contra ellas.
De
todas las sensaciones posibles, lógicamente hay buenas y malas.
Quien
no recuerda aquella sensación de encontrarse a gusto, bien, feliz,
cuando te encuentras en un sitio especial, practicando un deporte o
con una persona concreta, esa sensación de que eres el dueño del
mundo y no hay nada imposible. Esa sensación que nos hace soñar
despiertos e imaginar futuros en un mundo ideal, que lógicamente no
existe pero que nos auto convencemos de que son posibles.
Pero
las sensaciones que realmente condicionan nuestra vida y hacen que
perdamos el rumbo o como mínimo demos un rodeo sin sentido, son
otras sensaciones. Esas otras sensaciones, no vamos a llamarlas
malas, las llamaremos diferentes, son las que me preocupan y me están
ayudando a ver el futuro cada vez con más niebla.
Nunca
habéis tenido la sensación de que “os están haciendo la cama”?,
yo si.
La
verdad es que tengo esa sensación cuando veo, leo o escucho las
noticias de este país, sea el que sea. Creo que unos cuantos se
están “poniendo las botas” a costa de dejarme el pellejo
trabajando y pagando impuestos, y encima tienen la osadía de decirme
que tengo que esforzarme un poco más por mi bien y por el bien del
país. A cambio de mi esfuerzo extra, pagaré un poco más, deberé
un poco más y me costará llegar a fin de mes un poco más, ¿y el
menos?
Tengo
esa sensación en el trabajo, cuando por mucho que te esfuerzas en
hacer tu trabajo lo mejor posible, enterrarte en vida en la oficina,
ofrecer nuevas ideas para mejorar los resultados, siempre eres el
técnico perfecto que haces un trabajo maravilloso y casi perfecto,
pero.......eso no quiere decir que te merezcas mejores condiciones,
al contrario.
Tengo
esa sensación en mi relación de pareja desaparecida, en la que
sigues siendo un diamante en bruto, pero no sabes realmente que es lo
que se espera de ti, excepto esa sensación de que sobras y que todo
lo que has hecho o está mal o no cuenta ahora y puedes hacer borrón
y cuenta nueva.
En
fin, tengo sensaciones, de momento ninguna buena y ninguna me ayuda a
imaginarme un mundo futuro.
Creo
que estas sensaciones son las que hacen que las personas dejen de
tener ilusión por conseguir cosas, y no hablo de coches, casas, o
cosas así. Hablo de cosas como amigos, relacionarse con gente, salir
de fiesta, y esas otras cosas que hace la gente que no tiene esas
sensaciones diferentes.
Por
lo tanto, si alguien lee esto, no seáis tontos y no me toméis como
ejemplo. Desechar las malas sensaciones, desterrarlas, enterrarlas
nada más empezar a sentirlas y buscar esas otras que os hacen sentir
bien. Aunque no os lo creáis, esas sensaciones diferentes son como
“el lado oscuro de la fuerza”, una vez consiguen entrar es
difícil olvidarlas y mucho más difícil echarlas de vuestras vidas.
Así que..
Sensaciones
las que queráis, pero escoger sólo las buenas.
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